Más allá del opaco y pesado metal
Más allá del opaco y pesado metal.
Más allá del opaco y pesado metal, el sol crea la luz e irradia la vida, llenándola de colores, movimientos, armonía y paz.
Un bello paisaje que muchas veces no logramos ver, por estar centrados únicamente en esas barreras que se apoderan de nuestro existir, generadas por las pesadas y angustiantes cargas de preocupaciones y miedos que van opacando poco a poco nuestros días.
Pesados círculos que se van multiplicando como los espejos sin fin, opacando la alegría de nuestra alma, hasta llegar a apagarla por completo, dejándonos en la más profunda y fría oscuridad de la soledad.
Aprender a respirar con calma, es el inicio para llenarnos de fuerza e ir quebrando y arrancando esas gruesas barreras de pesado metal, que nos impiden ver la radiante luz de los colores, pintando ilusiones con matices alegres, y movimientos zumbantes de inocentes y pequeñas abejas, que endulzan el existir.
Un proceso que no se dará de un día para otro, pero de escama en escama, de trocito en trocito, esa gruesa barrera llegará a caer y solo quedarán restos en el suelo, para recordar lo duro y dolorosa que fue la decisión de arrancarlo y desprenderse de ese pesado metal.
Pero, sobre todo, una vez destruida esa barrera de angustia y dolor, se debe tener más fuerza y coraje para no volver a dejarse llenar el espíritu con nuevas cargas que formen barreras más fuertes e impenetrables.
Imposible pensar que, en el largo sendero de la vida, no habrá penas y cargas que nos agobien, pero se debe aprender a vivir con ellas, sin dejar que ellas gobiernen nuestro ser y nuestro existir.
La belleza de vida radiante y las ilusiones que llenan de profundas sonrisas, el rostro, más allá del opaco y pesado metal, deben ser la meta a la que debemos llegar, a la que debemos abrirle las puertas de nuestro espíritu para conectarnos con la vitalidad de la creación.