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Descripción de la especie
El ciprés
Nombre científico: Cupressus lusitanica
Familia botánica: Cupressaceae
Originario de los bosques del sur de México y de ciertas áreas de Guatemala, Honduras y El Salvador. Por su nombre científico siempre se ha creído que es originario de Portugal, lo cual se debe a un simple y antiguo error de nomenclatura sin corregir. Este árbol se introdujo a Costa Rica a inicios del Siglo XX y se plantó por primera vez en las zonas montañosas, frías y ventosas de la provincia de Heredia, en las fincas de los criadores de ganado de leche que buscaban un árbol apropiado para crear cortinas tapavientos para proteger a sus hatos lecheros del efecto negativo de los fuertes vientos helados típicos de esta zona, y el ciprés demostró ser el árbol con las mejores características para cumplir con éste y muchos otros objetivos.
Actualmente es uno de los árboles más intensiva y extensivamente cultivado en las zonas de mediana elevación en Costa Rica, desde los 1.500 hasta los 2.500 m de elevación. A partir de los años 50 se volvió un árbol muy popular sobre todo en el Valle Central pues se convirtió en el símbolo de la Navidad costarricense. Puede llegar a ser un árbol imponente de hasta 30 m de altura con troncos de hasta 1 m y más de diámetro. La copa es por lo general estrecha y tan compacta que no deja pasar ni un solo rayo de luz. Sus hojas son diminutas y recubren las ramitas terminales como escamas de pescado. Los frutos son unas esferas pequeñas y leñosas, de color verde al inicio y café oscuro al madurar, momento en el que se abren para soltar sus semillas, pequeñas como escamas, que se dispersan impulsadas con la ayuda del viento.
Gracias a cierto tipo de aceites esenciales muy complejos, el follaje del ciprés y todos sus demás tejidos están impregnados de un olor muy fragante y característico que en Costa Rica siempre se le asocia con la Navidad. Probablemente el ciprés es el árbol con mayor cantidad de usos tradicionales en nuestro país: creación de cercas vivas para tapavientos y apartos de ganado, plantaciones de madera comercial o troncos para la construcción de cabañas y otras obras rústicas, árbol ornamental por excelencia, leña y carbón, árbol de navidad, extracción de aceites para la fabricación de jabones y champús.
Se reproduce muy fácil por medio de semillas en viveros y almácigos, y su cultivo no requiere de mayores cuidados. Si las condiciones ambientales son favorables puede crecer hasta 1 m de altura por año. Los árboles adultos son ferozmente atacados por termitas que destruyen el interior de su tronco y hacen que el árbol se desplome sin ningún signo previo de estar enfermo, lo cual representa un grave peligro y ha hecho que la popularidad de esta especie haya caído mucho en los primeros años del presente siglo XXI. Igualmente es atacado por un hongo llamado pestalotia (Pestalotia sp.) que lo ataca de adentro hacia afuera y de abajo hacia arriba. Y se evidencia por el tono marrón que adquieren las ramitas y la muerte de las mismas.
Otro motivo que ha vuelto muy impopular al ciprés es el alto poder herbicida de su densa sombra y de la resina contenida en su follaje seco, que al caer al suelo elimina toda la vegetación que se encuentra bajo su sombra y deja al suelo completamente desnudo. Su valor paisajístico es muy alto pero apreciable solamente en zonas frías y montañosas