Achiotillo

El achiotillo o achotillo

Nombre científico: Vismia baccifera

Familia botánica: Hypericaceae

Este rústico árbol basa su nombre al hecho de que posee una savia espesa y rojiza que recuerda mucho a la pasta de achiote (Bixa orellana), incluso algunas personas lo conocen como achiote tigre.

El achiotillo es muy común en los potreros, lotes baldíos u orillas de caminos y bosques secundarios, en donde le pegue mucho sol, especialmente en sitios con condiciones húmedas a muy húmedas, como las faldas de la Cordillera Volcánica Central, tanto hacia la vertiente Pacífica como Atlántica. Igualmente, se le encuentra desde el nivel del mar hasta más o menos los 1500 m de altitud. Soporta inundaciones cortas y en condiciones favorables puede desarrollar pequeños bosquetes llamados rodales, con muchos individuos de su misma especie. Es una especie nativa desde México hasta el norte de América del Sur hacia Ecuador y Perú.

De entre 10 y poco menos de 20 m de alto, se caracteriza por tronco o múltiples troncos cubiertos por una corteza rojiza oscura que exfolia en pequeñas y delgadas placas, así como por sus largas ramas con tendencia vertical que le permiten tener una copa densa desde muy abajo. Las ramas de forma aplanada o cilíndrica son muy delgadas y cubiertas por una fina pubescencia ferrugínea. Todo el árbol presenta una savia anaranjada que al secarse se torna como rojiza, la cual es utilizada en la medicina popular para tratar distintas dolencias.

Las hojas son simples y opuestas, de distintos tamaños, siendo las más grandes como de 20 cm de largo, su color es verde brillante por encima y totalmente ferrugíneas por detrás debido a la fuerte pubescencia que presentan. Su forma es lanceolada, el borde es entero y los nervios secundarios se ven muy pronunciados por encima y se unen en forma redondeada antes de llegar al borde. Por otro lado, los peciolos presentan un canal en el centro y los pares de hojas se orientan en las ramitas, en algunos casos, de forma alterna, como girando en el mismo eje. Las hojas nuevas son de un fuerte color ferrugíneo y se presentan en forma erecta al final de las ramas. Las hojas al secarse se tornan como de un color rojizo.

Las flores tienen alrededor de 1 cm de diámetro y presentan pétalos semi translúcidos, de color amarillento con finas líneas rojizas en toda su superficie, aparentemente formadas por restos de resina. Los botones florales se asemejan mucho a pequeños frutos, ellos son de color café, pubescentes y evidencian marcadamente las divisiones de los ferruginosos sépalos.

Durante gran parte del año se pueden ver estos árboles llenos de pequeños racimos de flores al final de las ramitas, los cuales posteriormente se transformarán en racimos de frutos carnosos de color verde brillante y cáscara muy lisa que recuerdan a pequeñitas peras.

Los mismos mantienen restos de la flor en la punta y al madurar se tornan muy oscuros y cada uno de ellos posee muchas semillas de color oscuro. Durante gran parte del año se pueden encontrar estos frutos, los cuales son uno de los alimentos favoritos de muchas aves y en especial de los murciélagos frugívoros, siendo a su vez responsables de diseminar las semillas de una manera muy abundante y eficaz, por lo que también se le llama bat-berry o baya del murciélago.

Nunca se le ha dado ninguna importancia al achiotillo y tradicionalmente se le ha considerado como una maleza y un estorbo en los repastos. Sin embargo, hoy por hoy es una de las mejores especies para reforestar y repoblar en poco tiempo áreas desnudas y vulnerables, principalmente porque es una especie con una sorprendente capacidad de nacer y desarrollarse directamente sobre los suelos erosionados de las cárcavas y derrumbes.

Entre los pocos usos que se le conocen al achiotillo está el utilizar su madera como leña de alto poder calórico y para fabricar mangos de herramientas, aunque es una madera con muy alta resistencia a la humedad, por lo que en algunos lugares se le usa en construcciones menores externas. Mayormente, lo que se ha empleado es su resina, ya sea en medicina tradicional como en el caso de Nicaragua, en donde se emplea para contrarrestar los efectos de los piquetes de los insectos, de ahí que se le conozca como matarroncha. O bien se emplea como incienso en ceremonias religiosas, para ello se recoge la savia seca directamente de los árboles y se quema. Por otro lado, de esta savia se pueden obtener aceites y tintes, ya sea para teñir tejidos o hacer pinturas para el cuerpo.

El término Vismia se le dio en honor al comerciante inglés Gerard De Visme, quien fue además un gran amante de las plantas y baccifera tiene su origen en los términos latinos “bacca” baya y “fero” llevar o traer, en referencia a su fruto.