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Descripción de la especie
Cresta de gallo
Nombre científico: Castilleja arvensis
Familia: Orobanchaceae
La cresta de gallo es una de esas miles de especies silvestres, conocidas como arvenses, que crecen en los campos y pocas veces son vistas y menos tomadas en cuenta. Es nativa desde México hasta Suramérica y en el país se le encuentra en sitios entre los 400 y los 2000 m, aunque no es raro que se vea fuera de esos rangos. Crece a orillas de caminos, potreros, lotes baldíos, cafetales, milpas y huertos, inclusive al ser tan silvestre, no es raro verla de vez en cuando creciendo en grietas de aceras cerca de lugares abiertos con matorrales.
Es una planta anual, erecta que puede crecer entre 25 y 80 cm de alto, con un tallo cilíndrico, estriado, pubescente y de color rojizo.
Aunque no lo parezca, la cresta de gallo es catalogada como una planta hemiparásita, es decir, que además de producir sus alimentos por medio de la fotosíntesis, los obtiene de otras plantas cercanas a ellas y en este caso, por medio de las raíces, que colonizan las raíces de las otras plantas. En México y Guatemala, se ha demostrado que parasita al acahual (Simsia amplexicaulis) una Asteraceae, familia de las margaritas (Leucanthemum vulgare) y del diente de león (Taraxacum officinale).
Las hojas son simples, alternas, de forma espatulada a oblonga, con tendencia vertical, de 3 a 7 cm de largo, con el borde entero, trinervadas y no poseen peciolo, por lo que nacen directamente del tallito como si lo estuvieran abrazando. Están cubiertas por una pubescencia punzante, a diferencia de la mayoría de las especies, que son muy sedosas y suaves al tacto.
Lo más llamativo de la cresta de gallo son precisamente las hojas, que nacen en el extremo de los tallos, llamadas brácteas, ya que poseen la punta totalmente roja, dando la impresión de que son una sola flor, como una especie de rosa vista desde arriba.
Las flores nacen en las axilares de las brácteas, son de forma tubular, bilabiadas, de color verde en la base, con la punta amarillo rojiza y muy atrayentes de abejas, mariposas y colibríes.
Los frutos de la cresta de gallo son cápsulas globosas, secas, de poco menos de 1 cm de largo, que al madurar se abren para liberar las muchísimas semillas que poseen. Ellas son muy pequeñas, midiendo alrededor de 0.5 mm de largo, de forma cilíndrica o de cuña y de color crema.
Es una especie con alto potencial ornamental para aceras, jardineras, macetas, bordes de caminos y senderos, orillas de fuentes de agua, en macizos, rocallas, en grupos y en jardines para mariposas y colibríes.
En México se le emplea en la medicina tradicional para el tratamiento del dolor de estómago y científicamente han sido estudiadas sus propiedades cicatrizantes para el tratamiento del pie diabético. Se dice que tiene la capacidad de absorber selenio del suelo, por lo que no se debe consumir porque puede ser tóxica.
En otros lugares se le llama a la cresta de gallo, cabezona, canguçu-do-campo, catoxitzi, chongo de uárhi, chupirin, chupirín, cola de borrego, copete de gallo, coral; enchilada, enchiladas, enchiladitas, field indian paintbrush, field paintbrush, flor de elote, flor de milpa, flor de tiempo, gallito, garallona, garañona, hierba de coyote, hierba del cáncer, pamba huando, rosilla, saumayate, uitzacua, valleta y zagalejo.
Etimológicamente, el género Castilleja es en honor a Domingo Castillejo, un botánico español, y arvense proviene del latín “arvensis” y este de “arvum” campo cultivado, en referencia a que es una planta silvestre que crece en los campos de cultivos.
