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Yuplón

El yuplón - Spondias dulcis -

Descripción de la especie

El yuplón

Nombre científico: Spondias dulcis

Familia botánica: Anacardiaceae

El yuplón, a pesar de que muchos creen que es nativo, no lo es. Él es originario de la región de Polinesia y aunque formó parte del patio de los abuelos en los viejos tiempos y de los recuerdos de infancia, en donde tanto grandes como chicos se encaramaban en las ramas a bajar sus frutos o bien tirarles palos para bajarlos con la mejor de las punterías; no logró apropiarse de un espacio permanente en las fincas de la actualidad, por lo que se encuentra engrosando la lista de las especies culturalmente desplazadas. En otros países lo conocen como jobo indio o manzana dorada y en otros lo llaman jobo, pero no se debe confundir con nuestro jobo verdadero (Spondias mombin) que es una especie nativa.

Le gusta crecer en zonas húmedas con mucha lluvia como la zona Norte y el Caribe, no es exigente en cuanto a suelos, pero si deben mantener buen drenaje, teniendo presente eso sí que en suelos alcalinos puede sufrir deficiencias.

Es un árbol de tamaño mediano que puede llegar a alcanzar entre 10 y 12 m de alto, con un tronco delgado y recto, de ramas delgadas y ascendentes, las cuales pueden nacer inclusive desde muy abajo. En la base del tronco pueden verse unas pequeñas gambas que le ayudan a mantenerse en suelos con alta humedad. La corteza es de color claro y lisa que puede llenarse de manchas blancas producto de líquenes o verdes por musgos. La copa es estrecha y para los pocos experimentados puede confundírseles con el cedro amargo (Cedrela odorata), especialmente cuando está joven por la forma de sus hojas y la disposición de sus ramas.

Las hojas del yuplón que se agrupan al final de las ramitas y crecen en forma de espiral, son compuestas, alternas e imparipinnadas, muy largas y poseen muchos foliolos de forma lanceolada, de color verde intenso, que se diferencian, por ejemplo, del cedro amargo por presentar el borde ligeramente crenado y tener muchos nervios secundarios dispuestos en forma paralela entre ellos. Las hojas tiernas son de un verde claro muy brillante y los foliolos se ponen amarillos antes de caer, lo que ayuda a reconocerlo. Las pequeñas flores crecen en racimos terminales y en cada uno de ellos se encuentran flores femeninas, masculinas y perfectas (ambos sexos en una sola flor), estas poseen un centro amarillo y pocos estambres, así como 5 pétalos terminados en punta de color blanco.

Los frutos son carnosos, de forma ovalada, con pedicelos largos y gruesos para poder soportar su peso, la cáscara es delgada y por lo general llena de pequeñas manchas, raspaduras y protuberancias que los caracterizan. Estos frutos nacen en racimos colgantes de alrededor de 10 a 12 unidades.

Cuando están maduros cambian de color verde oscuro a amarillo y su pulpa que se torna jugosa y amarilla, similar a la del mango (Mangifera indica), pero de sabor muy diferente, el cual para unos es como el de la piña; aunque cabe resaltar que el mismo en la zona cercana a la cáscara es más ácido mientras que en el centro es mucho más dulce, de ahí que se recomienda comerlo cuando está bien maduro y haya caído en forma natural al suelo.

Aunque, el esperarse tanto es que en su centro hay una serie de fibras que nacen del hueso y conforme pasa el tiempo se van volviendo más largas y duras, lo que dificulta el comer la pulpa; por estas fibras es que se dice que tiene una semilla mechuda, la cual realmente no es la semilla, ya que dentro de este hueso hay 5 semillas delgadas las cuales se pueden apreciar cuando el fruto se parte por la mitad y pueden verse acomodadas en forma de estrella. Los frutos tiernos se parecen a los jocotes verdes y en ellos se notan ligeramente unos finos bordes a todo su largo, dando la impresión de que por allí se abrirán y es normal encontrar frutos verdes de buen tamaño caídos.

En otros países el aprovechamiento de los frutos del yuplón es muy común, ya sea verde con sal o pelados y conservados en agua de azúcar o agua de raíz de regaliz, para acompañar pescados con arroz blanco, o camarones con chile. O bien se pueden cocinar en rebanadas con agua, azúcar, canela o vainilla hasta que suavicen y adquieran un sabor dulce similar a la salsa de manzana, así mismo también se emplean verdes en encurtidos, salsas o sopas. Los frutos maduros, además de comerlos directamente, se usan en la preparación de jugos, licores, aderezos, salsas, mermeladas y helados por su agradable y dulce aroma. Es un fruto muy nutritivo que aporta sodio, hierro, fósforo, zinc, cobre, potasio, magnesio, manganeso, calcio, pectina y vitamina C.

Por otro lado, las hojas tiernas también se pueden comer crudas como las del jocote (Spondias purpurea) o se pueden cocinar como verdura y en Indonesia se acostumbra utilizarlas como acompañantes de pescados y arroz. También en estos países de Asia colocan unos pedacitos de pulpa con las carnes para ayudar a que ablanden, o hacen un puré para acompañar la carne de cerdo.

En Costa Rica al yuplón se le utilizó más como árbol frutal en las fincas campesinas o como poste vivo en las cercas y ocasionalmente como ornamental, pero independientemente de donde estuviera, siempre sería una buena fuente de alimento para la fauna. La cáscara, según la medicina tradicional, posee propiedades para el tratamiento de diversos padecimientos gracias a sus taninos. La madera de color marrón claro ha sido empleada en el Pacífico Sur en la construcción de las canoas.

Se puede reproducir por medio de semillas, estacas, estacones, acodos e injertos, por lo que no se justifica que sea una especie tan poco frecuente y que se encuentre entre las desplazadas culturalmente con tendencia a la desaparición del territorio nacional. Es de rápido crecimiento y puede llegar a crecer hasta 2 m en un año, aunque cuando es muy joven requiere de sombra parcial y si sufre estrés por falta de agua puede perder las hojas. No es resistente a los vientos fuertes, por lo que se debe plantar en lugares abrigados y por lo general empieza a cosechar alrededor de los 4 y 5 años, aunque ya han desarrollado variedades enanas que inician mucho antes.

El yuplón llegó a América gracias al capitán Bligh el cual lo trajo a Jamaica, junto con muchas otras especies de árboles y plantas, para alimentar a los esclavos en el nuevo Mundo, de donde pasó al resto del continente con las inmigraciones jamaiquinas.

Etimológicamente, el nombre yuplón proviene del término jamaiquino jew-plum.  Spondias fue el nombre en griego dado a la ciruela (plum), y por el parecido de los frutos se le dio a esta especie y dulcis del latín “dulcis-e” dulce.

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